Escoger un socio para empezar tu proyecto es la decisión más importante que vas a tomar en esta etapa. Hay muchas razones por las que buscarías el apoyo de alguien más; capital para invertir, su amplia lista de contactos o su experiencia en el tema, por ejemplo. También hay diferentes tipos de sociedades; hay unas donde sólo te aportan capital y no se involucran en la toma de decisiones, hay otras en donde sí toman decisiones pero no se involucran en las operaciones… hay de todo. Yo sólo te puedo platicar las recomendaciones que tengo basadas en lo que hemos vivido nosotras. Así que espero que te sirvan:
Visión
Cuando busques a alguien para trabajar contigo en comenzar un proyecto, busca a alguien que comparta tu visión; que vea la misma meta de largo plazo que tú. Que luche por los mismos ideales que te mueven a ti y que sea capaz de mantener los ojos en la meta durante el día a día, un recorrido con poco glamour, pero clave para llegar a donde quieres.
Confianza
Busca a alguien a quien le tengas confianza; me refiero tanto a confianza personal como confianza profesional. Es decir, que si un día te enfermas, estés tranquila porque ella es capaz de sacar adelante el trabajo del día. La confianza personal también es importantísima; el manejo de dinero es un tema delicado y va a ser encargo de una persona; los otros socios tienen que estar seguros de que es transparente y honesta.
Diferente
Procura asociarte con alguien que sea diferente que tú; que tenga diferentes conocimientos y habilidades. Que te complemente y así aporte valor. Si tú eres buena para los números, que ella sea buena con las palabras por ejemplo. En nuestro caso, a mí me gustan las cosas que requieren creatividad y soy organizada; Caticú es buenísima para hacer amigos y tiene un don para la logística. Aunque las dos estudiamos lo mismo, nos interesan temas diferentes, y eso hace más fácil dividirnos el trabajo y especializarnos en lo que nos gusta.
Comunicación
Tener clara comunicación también es muy valioso; hay pláticas difíciles de tener y miles de oportunidades para estar en desacuerdo. Estoy segura que lo has vivido, cuando no dices algo y luego lo arrastras por mucho tiempo se vuelve insoportable y molesto. Tener un socio con quien puedas expresar tu opinión y sepa escuchar es crucial para tomar decisiones y avanzar.
Pasión
Por último (y la más relevante, a mi parecer), es que tu socia comparta tu pasión y ganas de trabajar. Que esté enamorada del proceso, que entienda el trabajo y la disciplina que requiere emprender y que esté dispuesta a batallar. Que la mueva un ideal y quiera trabajar por eso, no sólo sacar dinero. En las sociedades, como en todas las relaciones, cuando tú le pones mucho esfuerzo a algo, es normal sentir que el otro no está esconzándose tanto como tú. ¿Te suena familiar? Si estás segura que tu socia está tan involucrada como tú en el proyecto, es más fácil superar este sentimiento.
“Las sociedades son como el matrimonio”
A lo mejor has escuchado la frase... Es verdad. Vives todo tipo de experiencias, bajos y altos, mucho estrés y mucha satisfacción en conjunto. Escoge a alguien con quien puedas sobrellevar todo esto; que platiquen de todo, se impulsen y se perdonen por sus errores. Que tu socia te ayude a ser mejor persona para que, en el peor de los casos y suponiendo que el proyecto falle, hayas aprendido mucho y crecido como persona.