Caminando por el súper tenemos una abundante variedad de opciones de comida importada, desde salmón de Noruega hasta aceites de Francia.
La historia de la humanidad consiste de una lucha constante contra el hambre: la gente dedicaba su vida para encontrar suficientes calorías para sobrevivir.
Hoy, sentados en nuestro sillón y dando pocos clics en nuestro teléfono celular podemos tener una comida caliente en nuestras manos en minutos. Esto, y la disponibilidad de alimentos en general tiene un costo: la obesidad que acorta vidas, el trabajo laboral agotador para la recolección de frutas y verduras, y la crueldad y daño ambiental que causa la industria cárnica y láctea.
Hoy nos podemos hacer preguntas que antes no existían en nuestro vocabulario: ¿Tengo una dieta sustentable? ¿Es amigable con el medio ambiente?
Tecnologías emergentes están ayudando a que la mayor parte de las respuestas sean afirmativas. Los científicos ahora están tratando de crear carne sin animales, cultivar plantas sin luz solar y proteínas en laboratorio.
Empresas como Beyond Meat están revolucionando el estilo de vida carnívoro que vivimos. Ellos utilizan las características que asimilan las de la carne en las plantas para recrear la textura, evitando la modificación genética y la soya. También intentan imitar el color distintivo de la hamburguesa clásica, que va del rojo al marrón. Todo esto, creando un resultado de una carne que utiliza significativamente menos tierra para crearse, expulsa menos gases de efecto invernadero al medio ambiente y consume menos agua.
Blue Nalu es otra empresa que tiene como misión, la sustentabilidad: crea mariscos cultivados en un laboratorio. La demanda mundial de productos mariscos está en su punto más alto, pero el suministro mundial de productos del mar no puede seguir el ritmo de esta demanda, ya que las poblaciones de especies marinas se han reducido a la mitad desde 1970. Esto se debe a la sobrepesca, la pesca ilegal, el aumento de la temperatura del océano, la acidificación y una serie de otros factores ambientales. desafíos sociales y políticos.
Como estas empresas, hay muchísimas otras que día con día luchan para crear opciones más saludables, no solamente para el consumidor, sino ahora tomando en cuenta el medio ambiente. Hay que quitarle lo egoísta de la palabra dieta, y ahora verlo como un estilo de vida que engloba a todo el mundo, porque el estilo de vida de cada persona deja su granito de arena.
Nosotros como empresa también ponemos nuestro granito de arena en esta lucha contra el calentamiento global y para apoyar la sustentabilidad.
- Nuestros productos son una fuente de proteína vegetal. Estas tienen una huella de carbono menor que la de las proteínas de origen animal. En promedio, los frutos secos emiten sólo 0,26 kg de CO2eq por 100 gramos de proteína, los más bajos de la categoría, mientras que la carne de res emite 49.89 kg por cada 100 gramos de proteína.
- Contenedores de vidrio envés de plástico: El plástico se queda en el medio ambiente durante años, amenazando a la vida silvestre y esparciendo toxinas, contribuyendo al calentamiento global. Casi todos los plásticos están hechos de productos químicos que provienen de la producción de combustibles que calientan el planeta (gas, petróleo y carbón), y nuestra dependencia del plástico prolonga nuestra demanda de estos combustibles sucios. En una publicación pasada les dimos ideas de qué hacer con sus envases M de Maní.
- Proveedores mexicanos: En la medida de lo posible, intentamos conseguir proveedores locales para evitar el viaje y la utilización de combustibles fósiles para la entrega.
¿Qué opinan de ahora concientizar sobre el impacto de nuestra dieta en la salud ambiental, en vez de únicamente enfocarnos en nuestra salud personal? Cuéntanos si lo crees tan pertinente y relevante como nosotros.