Si te conociera y me preguntaras, Diana, ¿Cuál es tu mejor consejo para mejorar mi estilo de vida en general? Seguramente te contestaría; mejorar la relación con tu comida.
Y, dependiendo de tu humor te sonaría chistoso (o tedioso) agregar a tu lista de pendientes (como si no tuviéramos ya demasiados), mejorar la relación con la comida. Pero, y un gran PERO, si supieras los beneficios que le daría a tu salud, estoy segura que el mejorar la relación con la comida subiría al top 3 de tu lista de prioridades. Mejorar la relación con tu comida no sólo te dará un boost de felicidad pero cambiará totalmente la forma en la que cuidas de tu cuerpo y mente.
Todos nosotros en algún momento de nuestra vida hemos tenido días en los que nos hemos sentido culpables por “destramparnos” con la comida y nos ha entrado la preocupación por comer saludablemente y hemos acudido a conductas no tan sanas. En este post te hablaré más sobre mejorar la relación con la comida mediante varias técnicas.
Alimentación consciente o Mindful Eating
Seguramente has empezado a escuchar últimamente el término “mindful eating” en todos lados, y te preguntarás si se refiere a otra moda de comida, o dieta, y estilo de vida o a otro jugo verde que le pusieron un nombre rebuscado. La respuesta es que “mindful eating” o alimentación consciente significa aprender a comer sin dietas, sin restricciones peligrosas. Se trata de vivir sin seguir la dieta de moda, y acudir a hábitos no tan saludables para llegar al objetivo deseado. Este tipo de alimentación se basa en disfrutar la comida de forma consciente. Se refiere a hacer consciente lo que consumes con él fin de mejorar tu relación con tu comida.
¿Cómo empiezo a hacer mi alimentación más consciente?
Simplemente puedes empezar dedicando unos minutos antes de comer en pensar en la razón por la que estás comiendo. Sonará también chistoso, pero puedes empezar en agradecer, en silencio si así lo deseas, el tener comida fresca en frente de ti, y poder saborear las texturas, sabores y colores.
Una forma de mejorar la relación con tu comida es dejando a lado la tecnología cuando comes. Muchas veces tenemos que darle seguimiento a nuestros clientes o responder al jefe, y habrán algunas excepciones cuando sea necesario tener la computadora o el celular, pero el hacer el tiempo de la comida sagrado, te ayudará enormemente a mejorar la relación con tu comida. Un ejercicio que me encanta practicar es dejar el celular en el cuarto, e irme a la mesa sin él, para no tener la tentación ni siquiera de checarlo o de ver si entro algún mensaje, correo, o notificación de redes sociales.
¿Te ha pasado que en un antojo te comiste una pizza, refresco y postre y al final te sentiste culpable por ser “débil”? La buena noticia es que no fuiste débil. La alimentación no es cosa de valentía. La segunda buena noticia es que tu tienes totalmente el control en tomar mejores elecciones. La tercera buena noticia es que en este post te seguiré dando más tips para ser un máster en mejorar la relación con tu comida.
¿Cómo puedo saber si mi hambre es emocional o estomacal?
La mayoría de nuestra ingesta de alimentos se ve afectada por una carga emocional y no tanto fisiológica. ¿Cuántas veces en un rompimiento o problema laboral, de pareja o familiar lo primero que se te vino a la mente fue comprar un litro de helado para llorar las penas? ¿O irte a tomar con los amigos? La sociedad y la mercadotecnia no ha impuesto lo que debemos pensar o hacer en todo momento y el colmo, nos dan a veces ideas de qué comer en diferentes circunstancias, no necesariamente las más sanas, pero ideas que se impregnan en lo más profundo de nuestro subconsciente.
El sentir estrés o ansiedad también puede afectar tu relación con la comida. Una vez escuché una cita un poco grosera pero muy cierta que no debemos premiarnos con comida, porque no somos animales. Y es que está en nuestro ser premiarnos con comida, y celebrar con comida, pero es cosa de implantar un nuevo chip mental en el que no todas nuestras victorias las celebremos con comida. Podemos en lugar, aprender a conectarnos más con la naturaleza y llenarnos física y mentalmente con otro tipo de actividades.
En cambio, el hambre estomacal es aquel que llega porque es un acto fisiológico necesario, porque nuestra mente manda una señal que necesita energía para funcionar. Aquí es cuando disfrutar de una cantidad justa de alimentos que nos nutran y que al mismo tiempo podamos disfrutar se vuelve esencial.
3 consejos prácticos para empezar a mejorar la relación con tu comida
Como todo en la vida, no queramos correr antes de caminar. Este ejercicio te recomiendo hacerlo poco a poco. Es decir, empieza por el punto número 1 y practícalo durante 3 días. Cuando sientas que ya estás familiarizado con este punto, continúa con el siguiente y así sucesivamente hasta cumplir los 9 días donde hayas implementado los tres consejos. Llegará un momento en el que estos consejos los practiques en automático y en que la relación con tu comida mejore enormemente.
- Escoge un sólo tiempo de comida y si generalmente comes en 30 minutos, prolonga el tiempo a 45 minutos. Come con tranquilidad saboreando cada bocado, textura, olor y sabor. Incluso puedes poner una música de relajación en el fondo para ayudarte a que este tiempo de comida sea un momento relajante y placentero.
- Cuando estés comiendo y sientas que no te estás llenando, para un momento, y pregúntate a ti mismo qué sientes. Si es ansiedad, o hambre, porque te aseguro que la mayoría de las veces no necesitarás comer más.
- El mejorar la relación con la comida también proviene un lugar de agradecimiento por los ingredientes y comida que tenemos en frente, al igual de la persona que preparo el platillo. Si fuiste tú, date dos palmaditas en la espalda, pero si fue alguien más, tómate dos segundos, en agradecer en silencio.
¡Buen provecho!
Con mucho amor,
Diana Ancona
Lic. en Nutrición y Ciencia de los Alimentos y Maestra en Salud Global
www.anconawellness.com
IG: @anconawellness